Cocuyos

Tan sólo los cocuyos para ver
tus ojos y esas largas manos tuyas
donde mi rostro pongo mientras cae
un pronto atardecer que me desnuda.
Porque este amor es noche sin su tálamo,
y duerme solo y con su mal se cura:
por eso es que te quiero. Yo acomodo
este querer sin madre en la pastura.

Si un vendaval enreda mis cabellos,
enfermo de una fiebre que es locura,
me quema el rostro la melancolía,
y ya me da por muerta un ave oscura.
Estando inmóvil, una solitaria
estrella baja sobre mi cintura.
Y doy a luz a niños cenicientos
que a medianoche arropo con la bruma.

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Acerca de la autora

Acerca de la autora

Biobibliografía

Poeta, narradora y periodista, Delfina Acosta se ha dedicado a la creación literaria desde muy joven. Sus primeros poemas aparecen en Poesía Itinerante (1984), publicación colectiva del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero. Posteriormente ha publicado dos poemarios: Todas las voces, mujer...” (1986; Premio "Amigos del Arte") y “La Cruz del Colibrí” (1993). Parte de su obra poética figura en antologías literarias nacionales y extranjeras. En 1987, en los "Juegos Florales" --concurso organizado por la municipalidad asuncena en ocasión del 450 aniversario de la fundación de Asunción-- su obra Pilares de Asunción fue galardonada con el premio "Mburucuyá de plata". Ha ganado además numerosos otros premios, entre ellos: el Segundo Premio "Poesía Joven" (1983), la "Primera Mención" en el Concurso de la Municipalidad de Asunción (1991) y una "Mención Especial" en el concurso de cuento breve "Néstor Romero Valdovinos" (1993) por su cuento "La fiesta en la mar", publicado después en el suplemento cultural del diario "Hoy". Tiene también varios cuentos aún inéditos.